Pequeña biografía de Santa Teresita del Niño Jesús y de la Santa Faz
- Nerina y Juan Carlos

- 21 oct
- 2 Min. de lectura

María Francisca Teresa Martin nació en Alençon, Francia, el 2 de enero de 1873, hija de los santos Luis y Celia Martin. A los cuatro años perdió a su madre y más tarde sufrió otra gran pena cuando su hermana Paulina ingresó al Carmelo. Enferma y desolada, fue sanada por la sonrisa de la Virgen María, a quien amó toda su vida.
En la Navidad de 1886 vivió su conversión, y poco después pidió a su padre ingresar al Carmelo. Con apenas 15 años, viajó a Roma para pedir permiso al Papa León XIII, y al año siguiente entró al Carmelo de Lisieux, donde tomó el nombre de Santa Teresita del Niño Jesús.
Más adelante, al contemplar a su padre enfermo y viendo en él el rostro sufriente de Cristo, añadió a su nombre “y de la Santa Faz”.
En el Carmelo descubrió su “pequeño camino”, un camino de pequeñez y humildad, haciendo todo por amor a Dios, viviendo lo ordinario de manera extraordinaria y abandonándose como una niña en los brazos de Dios.
Su lema fue:
“Amar a Jesús y hacerlo amar.”
Por obediencia escribió su autobiografía, Historia de un alma, donde plasmó su fe sencilla, confiada y ardiente.
Murió de tuberculosis el 30 de septiembre de 1897, diciendo:
“¡Dios mío… te amo!”
Después de su muerte comenzó un verdadero huracán de gloria: fue canonizada en 1925, proclamada patrona de las misiones y Doctora de la Iglesia. Su vida sigue mostrando al mundo que la santidad se alcanza en las cosas pequeñas hechas con un gran amor.
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